viernes, 13 de abril de 2012

EL BALLET FOLKÓRICO DE MÉXICO DE AMALIA HERNÁNDEZ



Texto y fotos: Julie Sopetrán



Fue en Acapulco, en uno de los Tianguis de Turismo, donde pude conocer, admirar y fotografiar libremente estas danzas realmente espectaculares. Era el triunfo sin precedente de la que fue su creadora: Amalia Hernández, que falleció en el año 2000. Después, pasó la dirección a su hija, Norma López Hernández, que falleció el pasado Agosto de 2011 y que siguió los pasos de su madre, manteniendo vivo el repertorio y las coreografías. Su hijo, Salvador López López y su media hermana, Vibiana Basanta, seguirán manteniendo la dirección y el alma de este gran Ballet Folclórico de México.

   Amalia Hernández. Foto propiedad del  Ballet Folklórico de México. Adquirida por el mismo Ballet en el Tianguis de Acapulco.

Amalia Hernández, fue una mujer que dedicó años de trabajo y estudio a la danza mexicana en la segunda mitad del siglo XX. Su pasión era no sólo por la danza y la música, también la coreografía, su frenesí sin barreras logró su indiscutible marca de mexicanidad. Una mujer con una voluntad de hierro, su firmeza, su entusiasmo, se exhibían en escena, en cada una de sus presentaciones y en cada paso de su gran espectáculo.

                                                                                                            
                                                                                                La novia del arte

Desde muy niña, Amalia ya sentía la vocación de bailar. Don Lomberto Hernández, su padre, militar y político, y su estricta madre, maestra, Amalia Navarro, pusieron a su hija dos profesores de categoría como fueron: Sybine, un bailarín de la compañía de Pawlova y Madame Dambré, de la Ópera de París. Amalia nació en la ciudad de México el 19 de septiembre de 1917.

     
                                                                              El bailarín que sabe conquistar el corazón

Estudió ballet clásico, pero Amalia tenía también una gran profesora española, "La Argentinita" y otra más Waldeen, norteamericana. Aprendió no sólo baile clásico español y moderno, también se dedicó a estudiar las danzas ancestrales de su país. Y creó la Danza guerrera en honor de Tláloc, Ofrenda y duelo, Danza de Tláloc y Chalchihtlicue y también, la Danza final de júbilo.
Fue también alumna de Nellie y Gloria Campobello, Tessy Marcué... entre otros. Estudió en la Escuela Nacional de Danza, pero salió de esa misma escuela por tener conflictos con la directora. Ella sabía todo lo relacionado con la coreografía, en su alma mestiza danzaba también el eco de los valles de México, la voz de las montañas, la majestuosidad de los dioses que, de todo esto, hay en el arte que nos ha transmitido, como es el pasado y el presente de México a través de la danza y de la música.

         
                                                La sonrisa que es música y danza del país más alegre del mundo

Ella y su hija, han sido toda una explosión de sentimientos y emociones que transmitieron en  sus coreografías la belleza del alma mexicana.
Una de sus primeras experiencias como artista independiente fue cuando estrenó su conocida coreografía "Sones de Michoacán" obteniendo un éxito indiscutible.


Fue en 1952 cuando formó su propia compañía, presentando al público el folklore más vivo de México.  Su talento, su decisión, la hicieron triunfar en todo el mundo. Son innumerables los premios que ha recibido por su obra, incluido el mas importante de México como es el Premio Nacional de Cultura.
Ha innovado y renovado constantemente la música y la danza y después de su muerte, su familia ha heredado, no sólo el prestigio de su quehacer sino también el arte que ella prodigaba sin cesar.  Amalia comenzó con ocho bailarines, al principio todos bailaban ballet clásico y también danza moderna como ella, y luego todos pasaron al folklore. En 1959, eran ya cincuenta los bailarines que componían su grupo.


                      
                                                                        Jarabe, fantasía, color, movimiento...
                                                                                                    
Cuando yo lo vi, me impresionó tanto el vestuario como el maquillaje, la presentación de los bailarines y los trajes exquisitamente cuidados y de gran colorido, así como la movilidad y esa elegancia y alegría que proporcionan la música y la danza de México.


      La elegancia de la mujer mexicana luciendo los trajes regionales de México, no tiene imitación en el mundo porque su porte es único.

Actualmente el Ballet Folklórico de Amalia Hernández, actúa en la ciudad de México en el Palacio de Bellas Artes durante el mes de Abril. Son ya más de cien artistas entre bailarines, cantantes y músicos. Ojalá que siga manteniendo el éxito y el trato que sus antecesores le dieron para que no se pierda este legado sin precedentes. 

                                            ¿Marimba de Chiapas? Movimiento que es llama en el espíritu. Revuelo de color que es arte.

El Palacio de Bellas Artes está ubicado en el Centro Histórico de la Ciudad de México, es el teatro lírico más importante del país, la UNESCO lo declaró monumento artístico en 1987. Es un edificio de cincuenta y dos metros de alto que dan lugar a sus cuatro pisos. Cuenta con cuatro salas principales, una cafetería, librería y salas de exposiciones. Su aforo es de más de  mil quinientas personas y es el único teatro del mundo, dentro de los teatros de ópera, que tiene un telón antifuego, donde se aprecian los volcanes mexicanos Popocatépetl e Iztaccihuatl. Fue encargado a la casa Tiffany de Nueva York. Sus murales son de una gran belleza, pintados por Siqueiros, Roberto Montenegro, Orozco, Rivera... Famosa también es su lámpara de cristal que representa al dios griego Apolo rodeado de las musas, diseñada por el húngaro Geza Marotti. En su escenario debutaron grandes de la canción como Lola Beltrán, María Callas, Pavarotti, Plácido Domingo, Tereza Berganza, Marilyn Horne, Rudolf Nuréyev...
                      
               Foto de Daniel Manrique.  Palacio de Bellas Artes. Ciudad de México.

El ritmo, los movimientos, la música unida a las presentaciones de los trajes, dan a este espectáculo un carácter único en el mundo. Las danzas prehispánicas, como la de Los Matachines, danzando con sus dioses. Las de la Revolución, personificando a la mujer con sus rifles y a la famosa Adelita. Los Colcheros, del Estado de México, también los bailes relacionados con la zafra del azúcar de Tamaulipas.


                           Las danzas prehispánicas que expresan el increíble misterio cósmico del Universo.

La Charreada, con los Jarabes rancheros, tapatíos, clásicos. Los bailes de las distintas regiones de México, con sus pasos de gran belleza y alegría que dan color y personalidad al espectáculo, representando a Veracruz, Michoacán, Oaxaca, Guerrero, Tlaxcala, Yucatán y cada uno de los Estados Mexicanos con sus innumerables bailes. La Danza de los pescadores, Los abanicos, La Jorocha, El Siquisiri, El Payaso, Los Viejitos... De cada una de estas danzas se podría escribir una historia.  Pero son los bailarines los que la escriben con sus pies y sus brazos y su cuerpo en el escenario.



                                                                                                      Carnaval en Tlacotalpan

Los bailes de Chiapas, con sus marimbas, la Danza del Venado, la Fiesta de Jalisco, los mariachis... En sus más de cincuenta años de creación este Ballet ha realizado más de quince mil funciones y más de cien giras a lo largo y ancho del planeta. Estas funciones expresan en cada actuación diez diferentes bailes que confirman la excelencia musical de México.

         
                                                                          Las reatas y los machetes de Tamaulipas...

Amigo lector, si visitas México, no dejes de acercarte al Palacio de Bellas Artes, este Ballet actúa todos los miércoles a las 20:30 horas y también los domingos.

En este espectáculo han participado excelentes bailarines, compositores, diseñadores, cantantes, especialistas de  la creatividad y del repertorio, de la estética y de la escenografía, técnicos de la música y amantes de las raíces folklóricas que han logrado dar lo mejor de sí mismos. Por esa misma  razón  en 1961, obtuvo el primer premio otorgado a grupos de danza dentro del Festival de las Naciones, en París.

Amalia Hernández creó Escuela, y a ella acuden en la actualidad unos trescientos alumnos, en cursos que comienzan en el mes de septiembre y terminan en junio, en esta escuela por las mañanas hay ensayos del Ballet y por las tardes se imparten las clases. También existe un curso de verano abierto a cualquier público y perdura todo  el mes de julio, incluidos grupos infantiles. Pero lo más interesante es destacar que la Escuela no tiene fines lucrativos y lo que importa es mantener la vigencia de la enseñanza y difusión del folklore de México para que nunca acaben las tradiciones.

El coraje dibuja en el aire la belleza que es arte. Desde las danzas taraumaras dedicadas al Padre Sol y a la Madre Luna, pasando por la Mojiganga de Carnaval, por la Marimba de Chiapas o el Zapateado y los sones de Jalisco, por el movimiento en color de todas las flores tropicales que se hacen danza, por todos los árboles de las montañas que aplauden el fuego de la música, por todas las miradas que bailan al son de la Soldadera o la danza de amor y odio de Zapotecas, desde todas las danzas de México y con toda la sangre en movimiento, el Ballet manifiesta la elegancia y la fiesta más espectacular que pueda exhibirse en un escenario.

                                                                                            Zapateado y sones de Jalisco

Las Tamboras de Sinaloa, Redobas de Nuevo León, Poesía Huasteca, la Gracia de Veracruz, la Energía Yaqui, las Plumas de Oaxaca, la Dulzura del Norte, la Elegancia de Michoacán, los Sones de Jalisco, los Matlachines de Aguas Calientes, la Sensualidad del Istmo de Tehuantepec, el Árbol dando cobijo al son de Guerrero, las Emociones Tarascas... Todo ello es una manifestación de alegría y buen hacer, el ritmo  y la ilusión, la fuerza y el ardor del corazón, lo profundo, lo íntimo, el amor, todo baila en los ojos con gran delicadeza, elegancia y arte.
                                                    
                                                                                      Gestos ancestrales
Bien puedo decir que viendo este espectáculo, México, todo México, es  canto, música y...Magia.

sábado, 28 de enero de 2012

GUANAJUATO



Texto y fotos: Julie Sopetrán


A Guanajuato en 1988, la UNESCO la nombró  "Patrimonio Cultural de la Humanidad". Es una de las Ciudades Coloniales más bellas de México.  Su paisaje nos transporta a un pasado lleno de batallas que a la vez contrastan con su romanticismo y estética. Es una ciudad-mina. Las casas, las calles subterráneas, las viejas iglesias y sus edificaciones, sus mercados, sus plazas, forman un conjunto arquitectónico de gran belleza. Su barroquismo brota de sus minas y su aspecto pintoresco cautiva al más indiferente de los viajeros.
Ocupa la parte NE de la porción occidental de la Mesa de Anáhuac. Al Norte se encuentra el Estado de San Luis de Potosí, al Este, el de Querétaro, al Sur, Michoacán y al Oeste, Jalisco.  La agricultura y la minería han sido las principales fuentes de riqueza de este lugar. Su extensión territorial es de 30.491 kilómetros cuadrados. Tiene 46 municipios.

Guanajuato es un Estado montañoso al norte por la Sierra Gorda, famosos son sus pinares y encinares; al sur, sin embargo se encuentra la fertilísima y muy rica vega del Bajío llanura que llega hasta Michoacán, donde están instalados tres Distritos de Riego, como el de Pénjamo que utiliza las aguas del río del mismo nombre y tiene una superficie de mil hectáreas.
Estos llanos del sur, se han definido como graneros de la República por la gran abundancia de cereales y legumbres que allí se producen.


Una concejala de cultura del Ayuntamiento me enseñó la ciudad de un extremo a otro, fue tan amable, como servicial y ella me habló de los orígenes y las primeras nominaciones de aquellos asentamientos llamados "Mo-o-ti" que significa Lugar de Metales, como así lo es.
Recuerdo admirar una capilla toda labrada en oro.     Los Aztecas, más tarde, llamaron a la ciudad: Paxtitlan que sería algo así como Ciudad de paja       y realmente la palabra Guanajuato se cree que procede de los vecinos Purépechas: Quanaxhuato, resulta dudoso su significado, puede ser lugar de ranas,  o lugar de muchos cerros. "Cerro de ranas", porque vieron allí una tremendas piedras en forma de ranas. Estas piedras todavía hoy perduran y están en un barrio denominado con el nombre de Pastita. Cuanax que significa rana y huato, cerro.


 Los primeros indígenas que habitaron esta tierra fueron tal vez los chipícuaros, los  otomíes, después desplazados por los chichimecas y otros grupos étnicos como los Pames, Guamares, Guanaxuas...  
Se dedicaban especialmente a la caza y a la agricultura.
Según mi opinión es una de las ciudades más bellas del mundo. Situada en el corazón de México, es una ciudad joya, una piedra preciosa de plata y oro. Y por alguna razón está rodeada de minas de estos dos metales.  Es una ciudad rica en todos los aspectos. Su arquitectura, sus Jardines de  La Unión, el Teatro Juárez; el Museo Iconográfico de El  Quijote con alegorías y detalles relacionados con Miguel de Cervantes; La Plaza de la Paz; el       Palacio Municipal; la Basílica de Nuestra Señora de Guanajuato; el Tribunal Supremo; los típicos cafés; las calles sumergidas en túneles; la famosa Universidad de estilo morisco... Y muy cerca del Templo de la Compañía de Jesús, el Museo Casa de Diego Rivera; y el otro Museo de las Momias y la Alhóndiga de Granaditas, con su magnífica estructura.


Es una gozada pasear sus calles contemplando las casas patronales de la época  que hacen de Guanajuato una ciudad colonial cien por cien. Adentrarse en la ex-hacienda de San Gabriel o pasear por el Callejón del Beso o admirar el monumento al Pípila...
Típicas también son sus instalaciones hidráulicas, la perforación de los pozos que se hacían para las minas como en La Boca del Infierno, que llega a alcanzar los seiscientos metros de profundidad bajo la tierra. 

Sus cerros cónicos que un día fueron el principal centro mundial de extracción de la plata.   Destacan sus iglesias, pero en especial la de la Compañía y la Valenciana, consideradas las más bellas de todo el barroco de América.
En 1531 Nuño de Guzmán entró por Pénjamo hasta el centro del Estado. Los indígenas le mostraron sus tenaz resistencia, porque el español tenía a bien cometer muchos y atroces desmanes y crueldades.  Pero no todos los españoles llegados a América eran malos,  Don Vasco de Quiroga que fue el primer obispo de Michoacán, Tata Vasco, como ya hemos hablado de él en Magias de México, recorrió la región atrayendo a los indios por su bondad y el buen trato que les daba.


Los franciscanos fundaron misiones y así fue como surgieron distintas poblaciones que hoy perduran. En 1548 se fundó la ciudad de Guanajuato, debido al descubrimiento de sus riquezas minerales. En 1554, siendo virrey Don Luis de Velasco, padre, se consolidó la fundación de la villa bajo el nombre de Santa Fe de Guanajuato.


Después de la Independencia, la Constitución de 1857 dejó al Estado aproximadamente su antiguo territorio. Debido a su situación geográfica, situada la ciudad en el centro de la República, Guanajuato ha  sido testigo de importantes acontecimientos y sangrientas batallas entre liberales y conservadores.  Tanto políticos como militares, ha sido zona de conflictos, durante las guerras de la Independencia, de la Reforma y de la Intervención.  Allí nació Don Miguel Hidalgo y Costilla, en 1753, en Abasolo.  La ciudad de Dolores Hidalgo, está llena de recuerdos del Padre de la Patria.


La Alhóndiga de Granaditas, que tomaron los insurgentes. Otro lugar histórico.  En Silao, existe el rancho de El Venadito donde fue capturado Mina fusilado después en Pénjamo, en el fuerte de los Remedios.
Famosa es su laguna artificial de Yuriria, que mide dieciséis kilómetros de largo por seis de ancho, la hizo en 1548, Fray Diego de Chávez, un agustino emprendedor, que fue el quinto Obispo de Michoacán.  Dicen que el fondo de la laguna era un cráter de volcán apagado y la obra consistió en cerrar la parte por donde se perdían las aguas de la lluvia que hasta allí llegaban.



Guanajuato es una ciudad para disfrutarla, si te gusta la arqueología, te recomiendo ir a la zona de Las Plazuelas, o a la zona Peraltas o la Cañada de la Virgen. Es un lujo visitar sus haciendas, sus casas y palacios, sus parques naturales, sus túneles, museos, iglesias y conventos, sus jardines, sus miradores, sus minas, sus innumerables puentes y acueductos, sus jardines...  Visita el exconvento agustino de San Pablo o la Mina de Guadalupe, el Templo de la Concepción... etc..

Al Quijote le gustó Guanajuato, o fue Guanajuato  quien se enamoró de sus andanzas, es un amor mutuo, porque si en algún lugar del mundo se honra y se le da vida al Quijote, es en la ciudad de Guanajuato.  Mi guía me habló del Festival Cervantino que se celebra cada año en el mes de Octubre. Son actos culturales y artísticos a nivel nacional e internacional, en honor a Don Miguel de Cervantes. En estos actos podemos encontrar teatro, exposiciones, ópera, conciertos, cine, artes plásticas, literatura... Es una especie de Guelaguetsa de la Cultura. Se creó en 1972 y desde entonces no ha cesado de propagarse por todo el mundo, teniendo siempre como escenario, la ciudad de Guanajuato.

Las dos veces que he visitado este lugar me he sentido fascinada y con ganas de volver o de quedarme allí para siempre. Investigar cada rincón, cada monumento, pasear los jardines, las subidas y bajadas, adentrarme en la historia, en la gente, en las minas, en su fascinante cultura.
Llegando a la ciudad se siente una sensación de misterio ancestral, de paz, de riqueza espiritual, de algo muy especial y agradable. No sólo es el clima templado, intertropical de meseta, lo que endulza el lugar, es esa originalidad de encontrarte en una ciudad diferente.

Quiero terminar este artículo con la leyenda de la Princesa, de la Bufa. Leyenda entre muchas otras que quedan en el tintero.  Así se llama uno de los cerros que bordean la ciudad de Guanajuato.
Siempre que un jueves cae festivo durante el año, al amanecer, esta hermosa princesa sale al encuentro de cualquier caminante que por allí deambule. El caminante ha de ser varón.  Dicen que sus encantos ya han sido vistos varias veces. La princesa le pide al caminante que la lleve en brazos hasta el altar mayor que hoy es Basílica de Guanajuato. Si lo consigue, la ciudad quedará libre del encantamiento y relucirá como el sol. Le entregará una gran fortuna en plata y oro. Y la ciudad será toda de plata tal y como era hace miles de años. Entonces la princesa recobrará su condición de persona como los demás habitantes.

Resulta muy difícil conseguirlo. Las condiciones son muy extrañas y requieren mucha concentración. El varón que lleve en brazos a la princesa ha de superar pruebas muy duras. Debe caminar adelante sin que nada le turbe y sin volver el rostro a ninguna parte, aunque escuche voces, ruidos o llamadas. Si el elegido varón pierde la serenidad y se da la vuelta, la bella princesa puede convertirse en serpiente y si eso ocurre no se realizará el desencanto.
La tentación es grande, los varones que por allí pasan, lo intentan una y otra vez. ¿Pero quién podrá hacerlo? Ya van varios siglos y todavía no lo han conseguido. El  hechizo está ahí, esperando que un jueves festivo, algún mancebo, poeta, artista, aldeano atrevido, se digne desencantar a la Princesa de la Bufa.

                                                                                                                                                                                                                                 


lunes, 28 de noviembre de 2011

LA COMIDA EN MÉXICO



Texto y fotos: Julie Sopetrán

Hablar de la comida en México, es una auténtica fiesta de sabor, aroma y color. Su contenido es tan amplio, que necesitaríamos muchas páginas para comentar. Daré mis impresiones de una forma sencilla para que el lector, no mexicano, lo asimile y me acompañe a la cocina o a la mesa.
Recuerdo, cuando llegué por primera vez a América,  en San Francisco, fui con unos amigos, a un restaurante mexicano. El camarero dijo que tenía tortillas. Yo, pensando en mi tortilla española, pedí que me trajera una tortilla y los demás comensales pidieron todos muchas tortillas. Yo esperaba mi tortilla española, una, y cual no sería mi sorpresa al ver la diferencia entre una y otra, claro, después pedí más.


Si soy sincera, me costó acostumbrarme a los distintos sabores y más a sentir el picante en el paladar, pero una vez que te acostumbras, luego no puedes dejarlo tan fácilmente.

Todos sabemos que el maíz es originario de América, se cree que desde hace diez mil años, lo fue como objeto de culto religioso. Los indígenas ya lo trataban como algo esencial en sus vidas. Dicen que antes de cocinarlo lo calentaban con su propio aliento y cuando se caía un grano al suelo, lo recogían con gran devoción y no permitían que se desperdiciase, así impedían que los dioses se ofendieran produciendo hambre o grandes sequías. Cuando me lo contaron, esto me hizo recordar que en España, yo recuerdo cuando era niña, mi padre recogía el pan que veía en el suelo, lo daba un beso y se lo guardaba en el bolsillo...


Así el chile, la calabaza, el fríjol, los guajolotes, el maguey, el nopal, el arroz, las papas,  el cacao y muchos más productos, puramente mexicanos, están llenos de historias sorprendentes.
Pero, uno de los sabores que recuerdo y no puedo olvidar, es el café de puchero, humeando a la entrada del comedor del restaurante en las mañanas...



Por ejemplo, el cacao era tan valioso en el mundo prehispánico que se usaba como moneda de cambio, además se tomaba molido con agua y mezclado con maíz y miel de abeja y vainilla.  Del maguey, según afirman los códices antiguos, se hacía la bebida de los valientes como es el pulque. Dicen, que en México todo sabe bien con salsa de chile, que ha sido siempre muy preciado por sus propiedades digestivas, siendo el condimento esencial de la comida mexicana. Del nopal, se hacen deliciosos platos tanto de sus hojas como de su fruto, la tuna, se sabe que calma el hambre y la sed a los que habitan en lugares desérticos. Huitzilopoztli, es el dios del nopal. Su nombre significa "colibrí zurdo", era un dios guerrero...



Con el maíz se hace, además de sus famosas tortillas, los nachos, las quesadillas, los tacos, las enchiladas, papadzules, chalupas, tlayudas o tasajos,  chilaquiles, burritos, enchiladas y un largo etcétera que, según la región, puede tener un nombre diferente.  
El maní aderezado con chile y rociado con cal, es un alimento muy común. El pibil que es una carne adobada envuelta en especias y hojas de plátano. El poc-chuc, son unas rebanadas de carne de cerdo marinado en naranja agria y salsa de achiote. El achiote se usa en Yucatán, es una semilla de color rojo que se mezcla con varias especias y se forma una pasta que sirve para condimentar aves, pescados y carne de cerdo.  Casi todos los platos han de ir acompañados de fríjoles y arroz y también se usa mucho la calabaza y el queso.


En México, existen más de setenta variedades de fríjol, legumbre que según los historiadores, se cree que existió en México desde hace más de seis mil años. Los conquistadores lo trajeron a España, porque el fríjol es muy rico en proteínas. Y aquí lo conocemos con el nombre de alubia o judía.
La gran variedad de platos que podemos saborear en México nos lleva a distintas ciudades... Por ejemplo a Tonatico, Estado de México, donde se comen los mejores tamales de fríjol con mole. El mole le da fama a Puebla, es una salsa con varios ingredientes que se cocina con el guajolote o pavo. Se dice que una monja del convento de Santa Rosa, mezcló varios chiles y condimentos en un metate, y así surgió el mole. Otras versiones dicen que fue la Madre Andrea de la Asunción, allá por el siglo XVII, en una celebración,  dicen, que la receta original contenía un centenar de ingredientes. Lo cierto es que el mole poblano tiene aromas de convento y se hace, eso sí y que no falte, el chocolate, la canela, las pasas, el perejil...


Pero son los Chiles en nogada, los que le dan fama a Puebla. Nosotros lo llamaríamos pimiento relleno de un guisado de picadillo, carne de res y puerco mezclado con frutas, plátano, manzana, pera, melocotón... Todo ello cubierto de una crema de nuez perejil y granada. Lleva impregnado, además de un vino dulce, los tres colores de la bandera mexicana, blanco, verde y rojo. Es por ello que es un plato de alta cocina y se puede encontrar en cualquier estado de México. También tiene olores y sabores de convento, ya que su creación, se le atribuye a las monjas clarisas del convento de Santa Mónica. La receta se hizo para agasajar, a Agustín de Iturbide, cuando volvía de firmar en el estado Veracruz, la independencia de México.


No cabe duda que cada receta tiene su historia, su leyenda. Y si alguna cocina existe rica en el mundo, es la cocina mexicana, patrimonio de la humanidad, plena de riqueza y buen hacer.
En Veracruz, Sonora y Guerrero, se come un pescado muy rico, el cazón, que es un tiburón pequeño que se cría en agua salada, es una comida deliciosa que la preparan adobada con tortilla de maíz.
En Jalisco y en Michoacán, también hay un pescado blanco delicioso que procede del lago de Chapala y del lago de Pátcuaro. Y también los famosos charales que son peces pequeños que se sirven secos, curados al sol y a veces enchilados y se comen de aperitivo.


En Yucatán una de las comidas típicas es el venado lo preparan en barbacoa con chile, rábano, cilantro, jugo de naranja y sal.
En Chiapas se come la carne de ocelote (tigre).  En Chiapas, Oaxaca, Veracruz, Morelos y Guerrero se come también la iguana, le quitan la cabeza y extremidades. Los indígenas huaves, conservan una tradición, dicen que las atrapan vivas y las dejan colgadas y amarradas hasta que pasa una estrella fugaz, ellos creen que es la cola de la iguana, entonces la matan y la guisan. Y es un honor ofrecerla como ofrenda en el día de muertos.
Yo esto no lo he probado pero sí probé los chapulines, que son los saltamontes, en la casa de una amiga en Puebla, los pusieron asados con chile y cal y no estaban tan malos. Dicen que estos chapulines tienen bastante calcio y proteínas. No cabe duda que en las costumbres de comer, no hay nada escrito. En algunos mercados sí que vi los famosos gusanos de agave o maguey, las larvas de la polilla se incluye en las botellas de tequila... También podemos encontrar las hormigas y las avispas en los mercados de Zacatecas, Hidalgo, Veracruz, Puebla... En Puerto Escondido, recuerdo que vendían la miel con avispa zapotana  o guarachuda incluida.




Pero lo que puedes comer en México es un buen marisco y lo que recordarás toda tu vida es la exquisita langosta y  los camarones.
Entre esos platos típicos me encanta el guacamole, he recorrido la parte de Uruapan, donde los árboles aguacateros ofrecen un paisaje espectacular, son árboles grandes, limpios, anchos, hermosos. Y como ya sabemos este exquisito plato se hace con aguacates.
Los tamales, son imprescindibles en la comida mexicana. En cualquier parte. Hacerlos lleva mucho trabajo. Es una masa que lleva como ingredientes caldo de pollo, harina, manteca de cerdo y sal. Esa masa se envuelve en hojas de maíz que han tenido que ser remojadas con anticipación unas tres horas. Se rellenan dentro de la masa y la hoja con pollo desmenuzado, carne de cerdo, mole, pipían , queso, salsas etc. Se envuelven y queda un paquetito como de 10 cm. de alto y 5 de ancho. Luego se ponen en una olla exprés o vaporera y se comen calientes, quitándoles la hoja de la envoltura. Y la verdad es que están riquísimos.


También existen las corundas, el churipu en Michoacán que son tamales de ceniza... Y muchos más variedades de la misma familia de los tamales.
Pero si un plato me encanta son las carnitas de puerco al estilo de Michoacán... Y que suelen venderlas en la calle para comer recién hechas con su tortilla. Son innumerables los platos que vienen a mi mente, el pozole, el cabrito, las salsas tan variadas.
Si me preguntaran qué comida prefiero de México, he de recordar con verdadero placer culinario, los tacos al pastor. Las frutas a las que me dedicaré otro día, como mi preferida, la sandía, la piña, la papaya, las uvas...



Y otro día os prometo hablar de las agüitas y de los dulces de este amado país. Y para terminar, les dejo una receta mexicana que yo hago mucho en casa, porque desde que conocí la cocina mexicana, tengo que desayunarme una que otra vez unos huevos rancheros, que sería imposible cocinarlos bien sin la salsa cien por cien mexicana. Eso sí para elaborar la receta necesitamos un molcajete como el que nos muestra Deborah, la que fue mi guía turística en uno de mis viajes.



Esta receta se la debo a mi amiga Verónica de Jalisco. Os la dejo para que ustedes la hagan en casa, claro, siempre que les guste lo picante. Pero la pueden hacer al gusto.
En una sartén vieja ponen cinco o seis tomates maduritos a asar, les van dando la vuelta hasta que estén blanditos y bien tostados, no le quiten lo negro de la tostadura. Una vez asados los ponen en la licuadora y añaden uno, dos o tres jalapeños, depende de cómo lo quieran de picante. Lo trituran un poco, que quede la salsita no muy troceada y lo vierten en un recipiente. Tendrán salsa natural mexicana en casa para cuando quieran usarla al estilo de México. A mi me encanta. Buen provecho.

Nota: Los jalapeños los pueden encontrar allí donde venden productos mexicanos.

lunes, 14 de noviembre de 2011

QUÉ LINDO ES JALISCO


Texto y fotos: Julie Sopetrán




Jalisco es tan lindo como lo expresa la canción que cantaba Jorge Negrete.

"Y me gusta escuchar los mariachis,
cantar con el alma sus lindas canciones,
oír como suenan esos guitarrones
y echar un tequila con los valentones
 
¡Ay, Jalisco no te rajes!
me sale del alma gritar con calor,
abrir todo el pecho pa' echar este grito:
¡Qué lindo es Jalisco, palabra de honor!"

Jalisco está  formado por ciento veinticinco municipios distribuidos en doce regiones.  Guadalajara, conocida también con la abreviatura GDL, es la capital del estado y está localizada en lo que se llamaba Valle de Atemajac, en la parte occidental de México.  Atemac significa: piedra que bifurca el agua. Atl (agua) tetl (piedra o cerro) maxatli (bifurcar).

Ay Jalisco, Jalisco, Jalisco, Jalisco
tú tienes tu novia que es Guadalajara

 

En este valle se fundó la ciudad de Guadalajara en el siglo XVI. El 14 de Febrero de 1542, después de haber intentado fundarla en tres asentamientos anteriores, quedó definitivamente establecida donde hoy se encuentra. Nuño Beltrán de Guzmán, fundó la ciudad de Guadalajara con sesenta y tres familias españolas, seis extremeños, quince portugueses, dieciséis castellanos, once vizcaínos, trece andaluces y nueve cántabros montañeses.
Es un valle no demasiado profundo, rodeado de cerros, al oeste la Sierra Primavera, al este y al sur el Eje Neovolcánico y al norte la Barranca de Huentitlán. Entre las muchas luchas, que también existían entre los conquistadores, Nuño Beltrán de Guzmán, se convirtió en un enemigo acérrimo de Hernán Cortés. El uso y el abuso del poder que le otorgó el rey Carlos I de España, nombrándole gobernador de la provincia del Pánuco, entre otros cargos influyentes, le hizo cometer bastantes errores. Nuño Beltrán no sólo usó, también abusó del poder. Algunos historiadores dicen de él que fue "aborrecible, o el más perverso gobernador de la Nueva España". Y el mismísimo Fray Bartolomé de las Casas lo llamó: "gran tirano".


La palabra Guadalajara, es árabe y significa "Río de piedras". ¿Por qué le pusieron este nombre a la capital de Jalisco? Sencillamente porque su fundador Juan de Oñate, así la nombró en honor a su conquistador: Nuño Beltrán de Guzmán, que nació en la Guadalajara española en 1490. Es curioso que el territorio conquistado por Beltrán luego se llamaría Reino de la Nueva Galicia, gracias a Juana I de Castilla, que entonces gobernaba por ausencia del emperador Carlos I de España y V de Alemania. Ella conocía ya los abusos sangrientos y vengativos de Nuño de Guzmán que decidió enjuiciarlo, le quitó el gobierno y la provincia y lo llevó preso con grilletes al Castillo de Torrejón de Velasco, (Madrid) en marzo de 1544, y allí murió. Algunos historiadores, quieren adjudicar la conquista a Cristóbal de Oñate. Tal vez por los abusos de poder del malvado conquistador Nuño. Yo que soy de un pueblo de la Guadalajara española, no me agrada encontrarme con semejante compatriota en el recuerdo. Aunque afortunadamente el tiempo ha pasado y las dos ciudades están hoy hermanadas.


La región conquistada estaba habitada por indígenas, entre los que se encontraban las tribus cocas y huicholas o huicholes que habitaban la Sierra Madre Occidental, Jalisco, Nayarit, Durango y Zacatecas. Antes de la llegada de los españoles, los mexicas llamaban huichol a los wixárikas en forma despectiva.
Guadalajara, conocida también como "La Perla de Occidente" o "La Perla Tapatía" o "La ciudad de las Rosas", está situada en este gran llano situado a unos mil quinientos metros sobre el nivel del mar. Hoy es la segunda ciudad más poblada de México.


El acerbo cultural de esta ciudad es conocido en el mundo entero, no sólo por la Feria Internacional del Libro más importante de habla hispana, sino porque el Papa Paulo III, autorizó establecer en Guadalajara, el obispado de la Nueva Galicia, en el año de 1560. Y más tarde, en 1791, se fundó la Universidad de Guadalajara y su sede fue el excolegio de Santo Tomás. Está considerada como la ciudad del futuro, el valle del silicio mexicano por ser la capital de la informática y el desarrollo tecnológico. También durante este año, Guadalajara es la sede de los Juegos Panamericanos de 2011.


El mariachi, el tequila, la charrería, son los iconos representativos de México, verdaderos símbolos del carácter típico mexicano, y los tres se encuentran en Jalisco. A los nativos de Guadalajara se les conoce con el gentilicio oficial de tapatíos. El origen de la palabra tapatío es náhuatl, significa "que vale por tres".




Los Mariachis, nacieron con la cultura mestiza y existen desde 1500 más o menos. Es un acercamiento entre músicas nativas y coloniales. Fue especialmente el franciscano Juan de Padilla, en Cocula, quien enseñó, a través del cristianismo, la música española.
Los pueblos indígenas incorporaron el violín en sus grupos e incluso los construyeron con una madera llamada palo de colorín. Más tarde, añadieron la guitarra y el indígena Justo Rodríguez Nixen, inventó la vihuela con un caparazón de armadillo. Luego el guitarrón, usaban tripas de animales como cuerdas de tan grandote instrumento. La percusión mestiza y melódica, así como el baile español, se mezcló con la música nativa, y así nació el fandango que se hizo muy popular llamándose después mariachi. Luego recibió otro instrumento: el arpa. Y en la parte sureste de México, también se incluyó la flauta para interpretar el huapango. En Nayarit, Jalisco, Guerrero, Michoacán, se escuchaban estos acordes que cada día se iban haciendo más populares. Acordes que allí donde se escuchan, representan la alegría de México.

El tequila es una bebida cien por cien mexicana, pero especialmente de Jalisco, que se conoce en todo el mundo. El tequila se hace con el jugo del agave azul, puede ser incoloro o coloreado. El agave es una planta antiquísima oriunda de México, mesoamérica, hay muchas variedades y se las conoce también como magueyes o mezcales. Según la tradición, dicen que el tequila se descubrió gracias a un rayo que cayó a la planta de agave y desgajó su corazón e hizo que ardiera por algunos segundos, así los indígenas observaron que de su interior brotaba un delicioso y aromático néctar. Lo bebieron con gran reverencia y sintieron que era un milagroso regalo de sus dioses.  El proceso de destilación lo aprendieron de los españoles. En el paisaje de Jalisco se admiran estos campos de agave que a mi me cautivaron por su color azul grisáceo. Hay varias clases de agave o maguey, de alguna de estas variedades se hace también el mezcal en el Estado de Oaxaca.


Es un placer visitar Guadalajara, pasear por sus calles llenas de gente, sus terrazas, adentrarse por el centro histórico o visitar los murales de José Clemente Orozco en la capilla del Hospicio Cabañas. Caminar por el Parque Morelos, la Avenida Hidalgo, el Palacio de Gobierno, la Plaza de los Fundadores, el teatro Alarcón o Degollado... La Catedral y el viejo seminario de San José, hoy museo. Sus gentes son acogedoras y amables. Es un gusto dar una vuelta a la ciudad en uno de los autobuses con terraza y admirar sus monumentos, como la diosa  Minerva esculpida en bronce  en la glorieta de las Avenidas de López Mateos y Vallarta, es la fuente más grande de la ciudad donde el agua brota como si fuera brisa. Las diecisiete columnas de los hombres ilustres... El monumento a la Madre, al Maestro, a la Independencia, a la Madre Patria...

Jalisco es esa joya de variedades que deslumbran y que no debemos dejar de contemplar hasta envolver nuestra alma en su belleza. He visitado este lugar tres, cuatro veces y, siempre encuentro un motivo para volver o hacerla eterna en mi corazón.
¡Ay, Jalisco no te rajes!
me sale del alma gritar con calor,
abrir todo el pecho pa' echar este grito:¡
Qué lindo es Jalisco, palabra de honor!